BIODANZA

 

 

LA PROPUESTA DE BIODANZA

Reencontrar el placer de vivir

José Jerónimo Anula Alameda

Fuente: Rolando Toro.

La Biodanza es un sistema de renovación orgánica e integración afectiva mediante vivencias inducidas con la música, el movimiento y situaciones de encuentro en un ambiente enriquecido de grupo.

 

Las vivencias de Biodanza están diseñadas para la revitalización celular, inmunológica, metabólica y neuroendocrina. Sus efectos beneficiosos han sido ampliamente investigados a lo largo de más de 30 años en los ámbitos psicológico y médico. Su práctica genera bienestar, reduce el estrés, mejora la salud, la comunicación, la creatividad y la integración del yo, reactivando nuestros potenciales vitales, nuestra conexión con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y la vida.

 


No se trata sólo de danzar; pues cada ejercicio de Biodanza forma parte de una secuencia estudiada de activación fisiológica y tiene una consigna que ofrece no sólo el modo de hacerlo sino también el sentir y la actitud vital que rescata en nosotros. Los ejercicios siempre son propuestas y cada participante está invitado a descubrir sus propias respuestas vitales y conducir sus formas de expresión y acción.

¿Por qué la danza? Porque el movimiento es la primera expresión del ser humano y precede a la palabra. La concepción primordial de danza es un movimiento que expresa un sentir. Esto la convierte la actividad propicia para la vivencia, que es una experiencia integrativa, vivida en el aquí y ahora, que intensifica la percepción de uno mismo y la sensación global de sentirse vivo.

También podemos preguntarnos cómo voy a experimentar todo eso y mejorar mi vida danzando con extraños. Lo que te aporta la biodanza son precisamente las condiciones en que puedes permitírtelo. A medida que vamos compartiendo vivencias, el grupo se irá convirtiendo en un entorno seguro, un lugar especial que no solemos tener disponible en nuestros entornos habituales, donde podemos desarrollar nuestros potenciales vitales.

 


La biodanza se enfoca en lo positivo, lo numinoso y lo trascendente; es una potente apuesta por nuestra capacidad para estar bien. No requiere de un proceso de sufrimiento o indagación en el malestar y dar con causas o explicaciones de por qué no nos sentimos bien. Al contrario, rescata los recursos vitales de los que disponemos para atravesar los procesos de la vida desde un lugar de paz, alegría y consciencia.

El bienestar que produce la biodanza, favorece las funciones de homeostasis, defensa inmunológica y reparación de tejidos; lo que podemos llamar, una renovación orgánica, que no sólo reduce los factores de estrés, sino que da lugar a transformaciones existenciales.


 






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